Cuando te avergüenzas de tus errores los conviertes en crímenes…
No hay emoción más dañina que la vergüenza. Tienes que saber que la vergüenza proviene del miedo, miedo a ser rechazada, a no ser comprendida, a ser juzgada…
Ninguno de los errores que hayas podido tener han sido hechos con premeditación y alevosía, es decir, no actúas con intención de equivocarte, de ser así no actuarías. Por lo tanto, en lugar de avergonzarte, deberías sentir orgullo de saber que lo intentaste aunque no saliera bien.
Sólo los valientes tienen la capacidad de actuar asumiendo los riesgos.
Sepa usted que si se equivocó es porque en un momento determinado actuó con VALENTÍA, CORAJE Y CORAZÓN.